Laura Huerta
Laura Huerta La Guardiana del Barro
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Tijuana, 2025.
La guardiana del barro.
Inspirada en una leyenda escrita por Laura H.
La leyenda del Cerro Azul, Tecate.
En el corazón de Tecate, el barro del Cerro Azul guarda la memoria del viento, del agua y del fuego. Dicen que una alfarera, guiada por la luna, moldeó una figura sin rostro ni forma humana. Al desaparecer, la tierra floreció, los hornos ardieron con más fuerza y los antiguos recordaron: "Cuando el espíritu del barro despierte, la tierra renacerá." Desde entonces, la Guardiana de Barro vive en cada símbolo: la serpiente, la huella, el horno, el sol y la luna. Es cuerpo sin tiempo, espíritu protector de la tierra y sus oficios. Su esencia sigue viva en cada pieza nacida del fuego y la paciencia.
— La escultura es una forma de convocarla nuevamente. No como una figura concreta, sino como un cuerpo simbólico hecho de mortero, barro, memoria y elementos que la representan: la serpiente, el horno, la luna, el sol, el agua y la huella humana.
Símbolos como partes del alma de la Guardiana:
1. La serpiente
Es la energía vital que recorre su cuerpo, la conexión entre lo terrenal y lo espiritual. Así como, el barro se transforma por dentro, la serpiente simboliza el movimiento interno del saber ancestral. La Guardiana la lleva enroscada como una columna vertebral invisible.
2. El rastro humano
La huella es la marca de los antiguos alfareros, pero también de Yuliana — la mujer que, sin saberlo, moldeó a la Guardiana. El rastro es testimonio del acto creador humano, del vínculo entre la comunidad y la tierra. En la escultura, está huella simboliza que la Guardiana nace del pueblo, pero también lo observa.
3. El agua
Representa la vida contenida en el barro. Aunque Tecate es una gran región árida, la Guardiana conserva en su memoria la humedad original de la tierra. El agua es símbolo de fertilidad y flujo emocional. Ella es la que permite que la tierra florezca a pesar de la sequía.
4. La tierra y el barro
Son la carne misma de la Guardiana. El barro del Cerro Azul, con su color rojo y textura única, es la materia sagrada que le da forma y presencia. Esta escultura, aunque de concreto, lleva fragmentos o pigmentos de ese barro ancestral, como si su cuerpo se mezclara con el cerro.
5. El horno de ladrillo
Es su corazón encendido. El horno representa el proceso alquímico, el paso del barro crudo al objeto eterno. En la leyenda, el horno arde con más intensidad cuando ella despierta. En la escultura, el horno simboliza su capacidad de transformación y protección.
6. La luna y el sol
Son sus ojos duales. El sol representa el día, la creación, el fuego que endurece; la luna es la noche, la intuición, la frescura que guarda. Juntas, representan el ciclo completo de vida y muerte, de cocción y reposo. La Guardiana observa con ambos, velando tanto por el trabajo humano como por los secretos del cerro.
INFORMACIÓN DE LA PIEZA
Técnica: Mortero entintado color terracota, arcilla de cerro azul Tecate, B.C.
Dimensiones: 14.5 largo x 27 alto x 14.5 ancho.
Autor: Laura Estela Huerta Ponce.
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